Vera y matorral

En realidad la vera es un ecotono, es decir, la frontera entre dos ecosistemas distintos, en concreto entre las arenas más o menos estabilizadas (manto eólico) y las arcillas de las marismas. La vera tiene en Doñana una importancia ecológica y funcional tan grande que debe ser considerada por méritos propios como una unidad ecológica con características exclusivas.

Este borde entre las arcillas y las arenas supone poco más de 800ha en el Parque Nacional y su anchura puede ir desde unos pocos metros hasta más de un kilómetro ( hay zonas donde no existe esta transición y las arenas de las dunas vierten directamente a la marisma). El agua en el suelo proveniente de las arenas rezuma y aflora cerca de la superficie al toparse con las arcillas impermeables de la marisma, este sencillo fenómeno físico es que le da grandeza y una importancia vital a la vera.

La vera está siempre verde y el agua para las plantas que en ella habitan está accesible durante todo el año, independientemente de que la marisma aparezca como un desierto resquebrajado y polvoriento en mitad del verano. Si hay agua accesible, hay vida.

A la vera acuden todo el año un buen número de animales, aunque se concentran durante la época de más calor, ya que como hemos dicho anteriormente, mantiene pastos verdes imposibles de encontrar en ninguna otra parte durante esa estación. Ejemplo de esto es la numerosa presencia de ciervos, gamos, jabalíes y ganado en general.

En la vera además sobreviven algunos alcornoques, restos de antiguos bosques, que a modo de “balcones a la marisma”, constituyen las famosas “pajareras de Doñana”, abarrotándose de garzas, espátulas, garcillas, cigüeñas y martinetes que, en estricto orden de jerarquía, se distribuyen a lo largo de los alcornoques en bulliciosas colonias de cría durante la primavera.

Entre la vegetación más destacada de la vera, además de los ya mencionados alcornoques, están los madroños (Arbutus unedo), acebuches ( Olea europarea var. sylvestris) y zarzas ( Rubus ulmifolius) acompañados de una banda espesa de diferentes especies de juncos ( juncus sp) que es aprovechado también por especies como la lavandera boyera, las bisbitas, la perdiz roja, la codorniz, el conejo, el gallipato, el topillo o el sapo de espuelas.

La vera es un ejemplo de la biodiversidad que muestran las fronteras entre distintos ecosistemas y sobretodo es un exponente de la riqueza de este territorio como mosaico de paisajes con características muy distintas, incluso a veces contradictorios, y que se reúnen en este espacio, Doñana.

¿Qué especies podemos encontrar en la vera de Doñana?

FLORA

Helecho común (Pteridium aquilinum)

Asociado a zonas húmedas dota de un color verde intenso las riveras de los arroyos que se tornan marrones cuando se secan, aunque no mueren.

Alcornoque (Quercus suber)

Árbol característico del monte mediterráneo que en Doñana perdió terreno con el pino. Aunque es de los preferidos para construir sus nidos muchas aves. La pajarera de Doñana es un ejemplo.

Álamo blanco (Populus alba)

Árbol muy asociado a la vera cuyo nombre se debe al aspecto blanquecino del envés de sus hojas.

FAUNA

Gamo (Dama dama)

Especie introducida en Doñana en 1920 que frecuenta las praderas de los bordes de la marisma y se identifica por sus cuernas en forma de palas.

Ciervo (Cervus elaphus)

Puede escucharse en época de celo cerca del centro de visitantes El Acebuche. Poseen cuernas en forma de asta que renuevan todos los años.

Jabalí (Sus scrofa)

Los dientes largos que presentan los machos no son colmillos sino caninos.

HITOS DESTACADOS EN DOÑANA

Cuando nos referimos a un lugar catalogado como Parque Nacional, tendremos a pensar que se trata de un enclave único y con un paisaje grandioso o espectacular, Doñana, acertaremos de lleno en lo primero, pero respecto a lo segundo tendremos que trabajar un poquito más para percibirlo. Su marca horizontalidad, su aridez en ciertos momentos del año y la monotonía aparente de sus paisajes, nos hace difícil percibir su belleza. Se diría que va mostrando sus encantos poco a poco y tan solo si uno se toma la molestia de ir desentrañando con cariño sus misterios y sus claves para ir lentamente captando como es este espacio natural y de qué forma fascinante se interrelacionan los seres vivos entre si y con su medio físico. Este es, unos de los principales atractivos de Doñana. Déjese atrapar por ellos y súmese a los innumerables viajeros que han quedado poseídos por su magia y por su original y genuina belleza. Sdad. Coop. And. Marismas del Rocío “Doñana Visitas” aspira a introducirle en el conocimiento de lo esencial para ayudarle a interpretar sus principales señas de identidad.

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Berrea

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Llegada de las aves invernantes a Doñana

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El amanecer de los ánsares

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Ya es primavera en las tierras de Doñana

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Paso del Abejaruco

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Romería de El Rocío

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Saca de las Yeguas

BERREA

Uno de los más hermoso espectáculos que se pueden contemplar en el Parque Nacional de Doñana “La berrea” tiene lugar a mediados o finales de agosto.

Cuando los grandes calores del mediodía van cediendo su paso a la brisa vespertina los ciervos van saliendo del monte cerrado hacia los claros y los pastizales de la vera.

Los machos proclaman a los cuatro vientos un poderío para reunir en torno en el los rebaños de hembras que guardaran celosamente su progenie hasta la primavera, en el que darán a la luz hermosos cervatillos.

Llegada de las aves invernantes a Doñana

A la espera de las tan deseadas lluvias que han inundar la marisma, reverdecer el bosque y saciar la sed a la vida.

Las aves dependen totalmente del grado de inundación de esta gran llanura aluvial, para poder intentar la cría y después tener éxito de la misma, la magnitud de dicha migración hace que cada invierno se contabilice más de 200.000 aves de paso en la zona.

El amanecer de los ánsares

Los gansos llegan a las marismas de Doñana en época invernal, cuando el frio del norte de Europa congela los campos en los que se alimentan. Persiguen el suave clima de invierno de las marismas onubenses.

Los gansos se alimentan de una raíz llamada castañuela que crece bajo las aguas de la marisma pero es una raíz muy dura para ser digerida. Por ello los ánsares tragan arena antes de comerlas, para que les sirva como de lija en la molleja y le facilite la digestión.

¡Entonces cuándo empieza el espectáculo! El alba les indica que tienen que levantar el vuelo hasta el cerro que lleva su nombre.

Ya es primavera en las tierras de Doñana

La primavera es ese momento en el que todo cobra vida nuevamente, los días se hacen más largos, las temperaturas comienza a suavizarse, los animales despierta de meses de letargo, las flores inunda paisajes de brillantes colores y los sonidos de la naturaleza no tienen donde ocultarse.

En la marisma gruñen los calamones, por detrás, grita un zampullín chico y en aguas más abiertas trompetea una focha. Arriba, trazando círculos, un buitrón pespuntea la escena con sus reclamos, agudos como alfilerazos.

Se quejan los flamencos, relinches de los milanos negros y los ladridos ásperos de las águilas imperiales sobrevuelan la copa de los pinos.

Paso del Abejaruco

A partir de finales de marzo o principios de abril, pasan en grupos de 25-30 raramente se le ve viajando en solitario su inconfundible canto no pasa nunca desapercibido para los que los conocemos y nos anima a levantar la vista al cielo.

El abejaruco es sin duda uno de los pájaros más vistosos de nuestras latitudes, fotógrafos y observadores de aves disfrutamos de ellos cada año.

Romería del Rocío

Cada año, el fin de semana del domingo de pentecostés, la aldea del Rocío es visitada por una ingente multitud de peregrinos que, tras recorrer a pie, a caballo o en carretas el camino, llegan con su hermandad para rendir culto a la virgen del Rocío. El culmen de la celebración se produce en la noche del domingo al lunes, momento que se produce “el salto a la reja”.

La aldea del el Rocío es la joya más compartida de Doñana, el lugar donde se remansan las aguas de las marismas y los aires de viejo territorio que fue asiento del mar.

Saca de las Yeguas

Una tradición cuya regulación se remonta a la ordenanza promulgada en 1504 por el Duque de Medina Sidonia y que la Asociación Nacional de Criadores de Ganado Marismeño ha conservado hasta la actualidad.

La Saca de las Yeguas es, a grandes rasgos, una faena ganadera que consiste en recoger el ganado caballar de raza marismeña que ha permanecido durante todo el año pastando y reproduciéndose en distintos enclaves del Espacio Natural de Doñana para llevarlo a Almonte, donde en los tres días sucesivos se celebra el Certamen Ganadero.

Allí, en el recinto Huerta de la Cañada, los yegüerizos realizan el resto de faenas ganaderas encaminadas a mejorar el bienestar de estos valiosos animales, únicos y característicos del ecosistema de marismas de Doñana y en peligro de extinción. Una vez finalizada la feria, los animales son devueltos a su entorno donde permanecerán en libertad el siguiente año.